El arte de comunicar: cómo el diseño puede transformar la percepción del derecho

por Clarissa Pires, diseñadora y social media en Leega MKT

El lenguaje visual en el ámbito jurídico ha cobrado una importancia creciente, especialmente ante los cambios en la comunicación digital y la necesidad de hacer el contenido legal más accesible, comprensible y eficaz.

El mundo del derecho está lleno de lenguaje técnico, normas abstractas y estructuras argumentativas densas que, muchas veces, dificultan la comprensión por parte de los clientes. Mediante el uso de herramientas de diseño, es posible traducir conceptos complejos en formatos más claros e intuitivos, humanizando la práctica jurídica ante el público y haciendo el contenido más democrático e inclusivo.

Ejemplos prácticos de cómo el diseño puede simplificar el derecho:

  • Infografías
Objetivo: transformar textos densos en representaciones visuales organizadas.
  • Diagramas de flujo
Objetivo: mostrar decisiones o caminos posibles dentro de una situación legal.
  • Contratos con elementos visuales
Objetivo: facilitar la lectura y reducir ambigüedades.
  • Videos (Motion Design Jurídico)
Objetivo: explicar conceptos legales de forma dinámica y accesible.

Crear materiales de comunicación jurídica eficaces y atractivos requiere mucho más que “traducir” tecnicismos. Es fundamental planificar tanto el contenido visual como el verbal, con foco en el público, la claridad y el impacto. Conocer a la audiencia —sea jurídica o no— es esencial para mantener una comunicación clara. Incluso en entornos formales, el exceso de términos legales puede alejar al lector.Un buen diseño jurídico debe ser funcional, limpio y acogedor. No es un adorno, sino una herramienta estratégica de claridad y acceso a la información. Al facilitar la comunicación con los clientes y hacer los documentos más comprensibles, el diseño también contribuye a una actuación jurídica más eficiente.

La comunicación eficaz requiere claridad, empatía, estrategia visual y adaptación al medio. Cuando se logra, el derecho deja de parecer distante o intimidante, y se convierte en una herramienta de acceso, orientación y empoderamiento.

En un mundo cada vez más visual y dinámico, comunicar con claridad y empatía ya no es una opción, es una necesidad. El diseño, cuando se aplica con propósito, no solo mejora la estética de los materiales jurídicos, sino que también amplía el acceso a la información, fortalece la confianza en el sistema de justicia y acerca al ciudadano a sus derechos.

Al combinar forma con función, se transforma la comunicación en un puente entre el conocimiento técnico y la vida real. Cuando se construye correctamente, un diseño visual modifica no solo la forma en que se presenta el derecho, sino también cómo se percibe y se accede a él.

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